Diseño a medida

El diseño es importante, pero no lo es todo y cada comunicación debe de hacerse de manera adaptada al lugar para el que ha sido diseñada. Es evidente que cada uno aporta su propio estilo al cartel pero eso no quiere decir que no debamos aplicar diferencias en su estructura y así lo requiere la ocasión. De esta manera favorecemos la versatilidad de recursos y la evolución de nuestro trabajo para no hacer clones colocados en diversos lugares patrimoniales.

 No olvidemos que somos artesanos digitales que seguimos trabajando con las manos aunque sea delante de la pantalla del ordenador. Cada producto es una manufactura. Han sido necesarias muchas horas o días de trabajo para conseguir que usted se detenga durante unos segundos delante de ese cartel. Y para que eso sea posible requiere un estudio previo del entorno donde ha de situarse, el público al que va dirigido, etc.

Durante estos años he ido eliminando todo aquello que no fuese estrictamente necesario: sombras excesivas en el texto, tipografías de baja legibilidad, franjas de color para hacer un cartel mucho más limpio. Es algo parecido a escribir un poema. Eliminar todo adorno innecesario para quedarse con la esencia.


Otro de los objetivos es trabajar con una ilustración cada vez más realista y detallada, investigando el  trabajo de otros ilustradores, explorando nuevos puntos de vista, texturas de detalle para conseguir un mejor acabado.

Aunque significa más horas de trabajo, mejora las prestaciones del cartel y aumenta la probabilidad de éxito de la estrategia a seguir: Interpretación del patrimonio o educación ambiental.