De titulares

Hace unas semanas en la lista de AIP hablamos de este tema. La importancia de los titulares en el diseño de carteles. Desde luego deben sintetizar el contenido del cartel en una sola frase. Esta debe ser lo más sencilla y a la vez más impactante para que el visitante logre detenerse durante unos segundos delante del cartel. Se trata de interpretación del patrimonio, no de publicidad, aunque hayas elementos afines entre una y otra, como la competencia en un mismo entorno con otros elementos que captan nuestra atención, o ciertas técnicas de diseño.

Como dice Fernando ¿Cueces o enriqueces? Esta es una máxima en la Interpretación del Patrimonio. No informar, sino expresar algo más de manera que el visitante logre apreciar y valorar el patrimonio en su justa medida. Para ello el titular debe ser lo suficientemente consistente para tener entidad por sí solo y revelar al público el verdadero significado de aquel rasgo a interpretar aunque no exista ningún otro texto a mayores. Al mismo tiempo debe haber conexión entre el titular y la "moraleja" o frase final del cartel. La conexión titular-moraleja refuerza el tema que acabamos de leer y nos devuelve de manera involuntaria y emocional al titular. El concepto general del cartel queda fijado en nuestra memoria.

Un buen titular y una ilustración bien lograda son el 50% de un cartel. El resto depende del buen ensamblaje y armonía entre de tipografías, color y gráficos.

Por último el tamaño y el color empleado para la tipografía del titular nos ayuda a conseguir el efecto deseado: enfatizar el titular sobre el resto del cartel. La letra debe ser lo más legible posible pero sin exageran. El uso de brillos y sombras en el textos aumenta la legibilidad sobre fondos neutros o sobre ilustraciones complejas (fotografías con mucha vegetación, fondos con variedad de colores, etc). Un exceso de brillo o sombra en la tipografía produce el efecto contrario. Emborrona y dificulta la lectura.

El color amarillo realza mucho el titular más que el blanco sobre fondos oscuros. Sin embargo si se trata de una gran cantidad de texto, es todo lo contrario. El amarillo es desaconsejable, porque hace vibrar las letras (reverberar) sobre todo a plena luz del sol. En cambio el blanco aguanta mejor en textos largos. Son cosas que en pantalla no se aprecian y que comprobamos haciendo una evaluación del cartel después de ser instalado.

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